SIBO

11.11.2024

El sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO, por sus siglas en inglés) es una condición que afecta a un número creciente de personas y alrededor del mundo. Si alguna vez has experimentado síntomas como hinchazón, gases, diarrea o dolor abdominal, podrías estar padeciendo SIBO sin saberlo.

En este artículo, abordaremos las preguntas más comunes sobre esta condición para ayudarte a comprender qué es, por qué ocurre y cuáles son las opciones de diagnóstico y tratamiento.

¿Qué es el SIBO?

El SIBO, o Sobrecrecimiento Bacteriano del Intestino Delgado, es una condición en la que se produce una acumulación excesiva de bacterias en el intestino delgado. Normalmente, el intestino delgado contiene un número relativamente bajo de bacterias en comparación con el intestino grueso. Sin embargo, en personas con SIBO, las bacterias proliferan en esta zona, afectando la digestión y absorción de nutrientes.

Este desequilibrio en la flora intestinal puede causar problemas digestivos y afectar la calidad de vida de quienes lo padecen. Aunque el SIBO puede presentarse en personas de todas las edades, es especialmente común en quienes tienen otros problemas de salud digestiva.

¿Cuáles son los síntomas del SIBO?

Los síntomas del SIBO pueden variar y en ocasiones son difíciles de distinguir de otros trastornos digestivos, como el síndrome de intestino irritable (SII).

Los síntomas más comunes incluyen:

  • Hinchazón y gases excesivos.
  • Dolor abdominal que puede empeorar después de comer.
  • Diarrea o estreñimiento (o alternancia de ambos).
  • Fatiga y falta de energía.
  • Malabsorción de nutrientes, lo que puede llevar a deficiencias nutricionales.
  • Pérdida de peso inexplicada.

Estos síntomas pueden fluctuar en intensidad, y a menudo empeoran después de las comidas, especialmente aquellas ricas en carbohidratos fermentables.

¿Qué causa el SIBO?

Las causas principales por las cuales puede aparecer sibo son:

  • -Hiper permeabilidad intestinal: si la mucosa de nuestro intestino es hiper permeable, las bacterias que solo deben vivir en intestino grueso, migran al intestino delgado produciendo una sobre infección conocida como SIBO.
  • -Deficiencia en la producción de ácido gástrico: el ácido clorhídrico es fundamental para eliminar bacterias en el tracto digestivo. Las personas que producen poco ácido, patología a la cual se le denomina Hipoclorhidria, tienen un mayor riesgo de padecer SIBO y son aquellas que usan medicamentos para reducir la acidez o que toman medicamentos que inhiben la bomba de protones.
  • -Alteraciones en el sistema inmunológico: enfermedades autoinmunes y otras condiciones que afectan al sistema inmunológico pueden facilitar el crecimiento bacteriano en el intestino delgado.
  • -Intervenciones quirúrgicas: algunas cirugías, como aquellas que alteran el tránsito intestinal (por ejemplo, bypass gástrico), pueden aumentar la predisposición a desarrollar SIBO o bien operaciones oncológicas del tracto digestivo.

¿Cómo se diagnostica el SIBO?

El diagnóstico de SIBO puede realizarse mediante diferentes métodos, siendo el test de aliento el más común. Este test mide los gases (hidrógeno y metano) que exhala una persona después de consumir una solución de lactulosa o glucosa. Si los niveles de gases aumentan rápidamente, puede indicar la presencia de bacterias en el intestino delgado.

Otras pruebas pueden incluir análisis de laboratorio o estudios específicos en función de los síntomas de cada paciente. No obstante, el test de aliento sigue siendo la herramienta más empleada debido a su precisión y accesibilidad.

¿Cuál es el tratamiento para el SIBO?

El tratamiento del SIBO tiene como objetivo reducir el exceso de bacterias en el intestino delgado, restablecer el equilibrio de la microbiota intestinal y conseguir que dicha sobreinfeccion no se vuelva a repetir.

Las opciones principales incluyen:

  • -Antibióticos específicos: en muchos casos, se recetan antibióticos como la rifaximina, que actúan específicamente en el intestino sin afectar tanto a otras áreas del organismo. Este tratamiento suele ser efectivo, aunque algunos pacientes pueden necesitar ciclos adicionales de antibióticos.
  • -Cambios en la dieta: la dieta juega un papel fundamental en el control del SIBO. La dieta baja en alimentos proinflamatorios, que reduce los carbohidratos fermentables y lácteos de vaca, es comúnmente recomendada. Este tipo de dieta ayuda a minimizar los síntomas y a evitar la fermentación excesiva que alimenta a las bacterias mientras que tratamos la infección y sus posibles causas.
  • -Micro nutrición: debemos realizar un tratamiento específico para corregir el ph del estómago, sellar la mucosa intestinal y limpiar el intestino delgado para que las enzimas digestivas puedan realizar bien su función.
  • -Terapias de soporte: dependiendo del caso, pueden incluir suplementos nutricionales para corregir deficiencias de vitaminas y minerales, así como terapias de soporte para mejorar la motilidad intestinal.

¿Qué cambios en el estilo de vida pueden ayudar con el SIBO?

Más allá del tratamiento, ciertos cambios en el estilo de vida pueden ayudar a controlar el SIBO y reducir la probabilidad de recurrencia:

  • Regular el horario de las comidas: mantener una frecuencia de comidas y evitar el picoteo puede ayudar a que el intestino tenga periodos de descanso, permitiendo que el sistema de limpieza natural (complejo motor migratorio) funcione adecuadamente.
  • Ejercicio regular: la actividad física puede mejorar la motilidad intestinal y reducir el riesgo de SIBO.
  • Evitar el consumo excesivo de azúcares y alcohol: ambos son difíciles de digerir y pueden aumentar la fermentación en el intestino.

¿Es posible que el SIBO reaparezca?

Sí, el SIBO puede reaparecer, especialmente si la causa subyacente no se aborda adecuadamente. Aproximadamente la mitad de los pacientes tratados experimentan recurrencias en el plazo de un año.

Por este motivo, es MUY IMPORTANTE

-el seguimiento médico Y CON EL NUTRICIONISTA ESPECIALISTA EN PATOLOGÍA DIGESTIVA

- Tratar la causa del origen de sibo a la vez que el tratamiento con el antibiótico específico

-El mantenimiento de una dieta adecuada para minimizar los factores que contribuyen al sobrecrecimiento bacteriano.

¿Cuándo es necesario acudir al médico?

Si experimentas síntomas persistentes de SIBO o has sido diagnosticado previamente y presentas recurrencias, es importante consultar con un especialista en gastroenterología. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden ayudar a reducir el impacto de esta condición en tu calidad de vida.